lunes, 18 de febrero de 2013

jueves, 14 de febrero de 2013

CATALINA. POR SARA INÉS GÓMEZ B.


CATALINA
De Elisa Mújica
Leer a Catalina fue una  experiencia grata para mí.  Es una historia que abarca una gran variedad de temas: la guerra de los mil días y en especial la batalla de Palonegro, las costumbres de la Bucaramanga de 1900, la situación de la mujer, el machismo, la violencia  hacia la mujer, la  ambición desmedida, la política y su división entre liberales y “godos”, las relaciones de dominación, las hipocresías sociales, la explotación de los campesinos.
 La novela está escrita en su mayoría en primera persona y es Catalina Aguirre su protagonista principal quien cuenta la historia o las distintas historias que se van tejiendo en la medida en que avanza la novela. Como son varias las historias que se van tejiendo  y ellas ocurren en distintos tiempos hubo momentos en que necesitaba devolverme en la lectura porque perdía el hilo.
El primer capítulo es realmente el final del libro, pero de eso me fui dando cuenta en la medida en que avanzaba en la lectura. Catalina  es una mujer valiente, silenciosa, justa, contradictoria, inteligente que se va dando cuenta de cosas muy graves al poner atención a pequeños detalles y frases que escucha.  Catalina se muestra introvertida, vive mucho en el silencio,  siempre teme hablar o decir las cosas que piensa por temor a  ser mal interpretada o dar pie para se inmiscuyan en su vida. …”Las palabras se me helaban en los labios sin pronunciarlas. Siempre me había sucedido lo mismo”.
Su abuelo era el teniente Tomás Aguirre quien había llegado a Bucaramanga en la comitiva del Libertador. Su matrimonio con el coronel Samuel Figueroa es arreglado por su madre. De una mujer se esperaba “modestia, virginidad y sumisión” (muchos hombres siguen aún esperando eso) y su marido es el típico machista interesado en el dinero, quien se cree con derecho a todo: usurpar los bienes, ser infiel, desconocer la voluntad del padre de Catalina, extorsionar  sin piedad a  los campesinos. La madre de Catalina es una mujer que finge ser una cosa cuando en realidad es otra y también su matrimonio con el padre de Catalina fue por conveniencia económica. Ella pertenece a una familia de “godos” y el padre de Catalina es de familia liberal. El médico,  Dr. Bullón  aparenta ser un buen hombre, pero en el fondo es cómplice de la madre de Catalina en la muerte del padre de Catalina y siempre está presente en las cosas que suceden en la vida de Catalina (su matrimonio,  aborto, infidelidad con el italiano Giorgio Volta).  El coronel Samuel Figueroa, ex–militar de la batalla de Palonegro se conocíó allí con el Dr. Bullón pues este último trabajaba en el batallón de sangre y de inmediato se dio cuenta de que la amistad con el médico era útil para sus intereses.
Entre las mujeres que rodean a Catalina y que fingen ser sus amigas hay muchas rivalidades, envidias y deslealtades pues al fin y al cabo cada una quiere lograr sus propósitos sin importarle realmente la amistad con Catalina. Viven pendientes de la vida de los otros para alimentar su gusto por el chisme, tan propio de las sociedades pequeñas, cerradas.
“Nuestro matrimonio  fue un engaño. No me ha dado hijos y ahora pretende quitarme la tierra” le dice Samuel a Catalina cuando le comenta el deseo de su padre de darle una finca a su otra hija, María Amalia, nacida antes de su matrimonio con la madre de Catalina.
Catalina tiene intereses culturales y conforman una tertulia literaria con Ricardo Gómez (quien acababa de llegar de Bogotá en donde había estudiado Filosofía y Letras), el médico y su amiga Domitila.  Ricardo ha pertenecido a la “gruta simbólica”. Esta es una manera de mantenerse “viva” en medio de su soledad.
 Hay una profunda conexión de Catalina con el lenguaje de las flores y su perfume está presente en muchos episodios. Ella siembra jazmines, se pone rosas sin espinas en el pelo, guarda los frascos de perfume que su madre desecha. En alguna parte ella  dice: “Esas comunicaciones llenas de perfumes…”
Catalina se enamora del italiano Giorgio Volta quien ha venido en busca del petróleo y cae ingenuamente en sus brazos desconociendo que él planeaba casarse con su media hermana María Amalia. Catalina queda embarazada del italiano y cuando éste muere asesinado por su esposo ella siente alivio de que puede llorar abiertamente en público pues la gente pensará que lo hace por su marido.
Yo encuentro que Catalina es una mujer que vive en dos mundos opuestos:  el mundo externo, social,  en donde actúa de manera sumisa acorde con las costumbres de la época y su rico mundo interior lleno de ideas de libertad, de rebeldía, de intereses literarios, políticos, de justicia.  Y me pregunto ¿cuántas mundos  vivimos simultáneamente los seres humanos? Veo aquí  la no linealidad de la personalidad, su diversidad que nos lleva a actuar según el contexto y la situación.  
 La culpa y el miedo son emociones  que siempre acompañan a  Catalina: culpa por censurar a su madre, por haber maltratado a su media hermana María Amalia  cuando eran niñas, culpa por haber perdido al bebé que esperaba de su esposo cuando cabalgaba, por haber  dado rienda suelta a su pasión con el italiano. A mí me parece que la culpa es una emoción que hace mucho daño a las personas porque las mantiene atrapadas. Prefiero que en vez de “culpa” las personas se “hagan cargo” de lo que han hecho y busquen la manera de reparar el daño causado. Catalina sentía miedo a ser como pensaba que debería ser, miedo a ir contra la corriente, miedo a que sus amigas o parientas se den cuenta de lo que piensa y siente, miedo al médico, miedo a su marido, miedo a hablar. Yo considero que el  miedo es una emoción paralizante.
Son tantas las cosas que habría para decir de esta novela y como me ocurre con casi todos los libros, cuando los vuelvo a leer veo otras cosas que antes no había visto pues ya los leo con otros ojos. Es lo mismo que cuando volvemos a un sitio en donde ya habíamos estado. Ya no vemos lo mismo porque somos una persona distinta a la que estuvo allí por primera vez. Un profesor alguna vez me decía que uno no es la misma persona que se levanta al día siguiente.
Es la primera vez que leo una novela de Elisa Mújica y quedé admirada de su maestría en el manejo del lenguaje y sus amplios conocimientos sobre lo que se vivía en Santander y especialmente en Bucaramanga a comienzos del siglo pasado.
Alguna vez cuando mis hijas eran pequeñas les compré el libro “La expedición botánica contada para niños” de Elisa Mújica y recuerdo que a ellas les encantó su lectura.
Gracias Rafael por sugerirnos esta autora y este libro.
Sara Inés Gómez B.
Febrero 13 de 2013