A propósito de la lectura de “Pedro Páramo”, del mexicano Juan Rulfo
Sara Inés Gómez B.
Tema [qué nos dice el
libro], personajes- tipologías
A mi este libro me habla acerca de la pobreza, el abandono
de esos pueblos mexicanos , que también pueden ser pueblos de cualquier país
latinoamericano, africano, asiático, el drama y la resignación a su suerte miserable de muchas
personas, la obediencia ciega a gamonales y a los que ostentan el poder
económico, la opresión de la mujer y la aceptación de muchas de ellas a ese
sometimiento y violencia por parte de los hombres, el enriquecimiento ilícito
de unos pocos, las relaciones de dominación-dominado, la doble moral, el
sometimiento, incluso de los
representantes de la iglesia católica, que se doblegan ante la presencia de
unas monedas. Las paradojas de los llamados revolucionarios. El contexto es la
época de la revolución mexicana y en esto lo conecto con el libro de Angeles
Mastretta: “Arráncame la vida”, que leí para la primera tertulia.
Pedro Páramo es el personaje central y todas las historias y
personajes están conectados con él.
Susana San Juan es la mujer a quien parece que Pedro Páramo
(padre) amó verdaderamente y ha quedado permanentemente en su memoria.
Forma- [cómo está
escrito] estructura, organización del libro, lenguaje, recursos literarios.
El libro está estructurado
en forma de narraciones en primera persona, en tercera persona, hay diálogos. Hay distintos planos. Un manejo del tiempo que va del presente al
pasado, distintas épocas. Conversaciones con personas imaginarias, unas vivas,
otras muertas. Es decir, una mezcla de realismo y fantasía. Hay momentos en
donde yo no sabía si la conversación era real o era un sueño del personaje. El
lenguaje es rico en términos muy propios de la cultura mexicana, abundante en
descripciones de lugares y fenómenos naturales: la lluvia, la luna, el rechinar
de los caballos.
Mis emociones
presentes durante la lectura.
Emociones presentes:
Con este libro pasé por emociones
de admiración por el autor Juan
Rulfo por su capacidad para narrar y describir en profundidad situaciones muy agobiantes y dramáticas de la vida de los pueblos y personajes. Sentí molestia
por el abuso de los que ostentan el poder económico con los más pobres y por
las concepciones acerca de la mujer en esa época, la cual se sigue viendo en el
mundo actual. Me dolía ver que
muchas de esas situaciones se siguen
repitiendo en nuestro país en otros países del mundo. Me indigna
que la gente se “resigne” a su suerte y
para mí la resignación está presente en varios personajes. Yo considero que la resignación no es una
emoción útil para nadie, porque, a mi modo de ver, es una emoción que paraliza
a la persona. Caí también en la emoción
de la confusión porque me perdía en
el relato y no sabía de quién se estaba hablando. Al igual que Héctor Rojas
Erazo, en su libro “En Noviembre llega el Arzobispo”, no hay una clara
separación de capítulos. Sentí interés por saber cómo continuaba la
historia. Finalmente quedé en la emoción de duda de que al libro le faltaba algo, pero no supe que es ese
“algo”.
Comentario final
Dado que yo he vivido en México, D.F. pude entender mejor el carácter sumiso que
muestran algunas veces los mexicanos y que lo percibía en la forma en que
hablaban. Es decir, lo veo como una herencia cultural.
Mil gracias Rafael.
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